lunes, 26 de enero de 2009

Soñar...

"El gato que queria ser pianista"



Hace mucho tiempo... vagando por intenet encontre este video.
Su música, su historia y su forma... cautivaron mis sentidos.
Tanto asi que no pude dejar de pensar en el muchisimo tiempo... hasta que lo volvi a encontrar.
La historia de Riba, un gato que queria ser pianista, me hace pensar en cuanto somos capaces de luchar por nuestros sueños. Y de cuan cruel muchas veces es la realidad al alejarnos, o hacernos sentir ajenos a aquello que anhelamos.

“Siento que sólo esta en nosotros el alcanzar o desechar los sueños.
Llamarlos quimeras o tupías. Ilusiones o Delirios.
De cuanto dejamos a esos sueños encarnarse en nosotros y ser parte de lo que queremos.
¿Qué seria de la humanidad si unos tantos no hubiesen querido ser o estar en lo llamado imposible?.
¿Qué seria de tantos inventos y hermosos descubrimientos, si aquellos locos inventarios no hubiesen perseguido sus anhelos?

Que seria de mí sin poder soñar aquello que deseo
Y al menos sentir la alegría fugaz de sentirlo mío.
Y porque no, sentir la fuerza renovadora que te inunda
cuando sientes que puedes perseguirlo, lograrlo, alcanzarlo.
No imagino la vida sin soñar.
Sin poder imaginar que todo es posible,
Sin proponerme alcanzar lo que llamamos inalcanzable
Sin pensar que hay algo màs alla de todo lo que veo de todo lo que vivo.

Es quizás esa la magia de vivir...
vivir soñando, para explorar nuevos márgenes,
descubrir nuevas facetas y encontrar mejores realidades.
De las cuales no te harias parte si no soñaras con alcanzarlas,
sino aparecieran en tu cabeza,
se incrustaran en tu corazón
y te dieran nuevas fuerzas....
Para alcanzar lo que añoras,
Para lograr lo imposible.

Para dejar de soñar... y comenzar a vivirlo.”



viernes, 23 de enero de 2009

Propiedad...


Caminos, gente, rejas, flores.
Campos que se mueven a tu alrededor
Y parece que todo queda atrás.
Quejas, retos, sonrisas, penas,
Amores, buenos momentos… momentos tristes.

Y en cada árbol que ves pasar a tu lado
Vas colgando uno de los cachureos que cargas en tu pesada mochila.
Esa que solo tu conoces el contenido
Y que no dejas que nadie note en tu espalda.
Es por eso que tu espalda curva se recta ante el resto
Y tu mirada triste guiña sus ojos para sonreír,
Simulando una alegría que muchas veces te es ajena
Que tratas de imitar en las miradas de las modelos
En las revistas que miras en la calle,
En la risa de un niño que juega con el perro allá
En el rostro de los amantes de aquella plaza.

¿Porqué no hacerla tuya?

Y vas colgando objetos en los árboles que dejas atrás
Con la esperanza de que eso alivie tu carga
Y te acerque a esa alegría que imitas.
Nostalgias, penas, retazos de momentos
Que ya olvidados tenías en esa mochila
Se quedan enredados en las ramas de aquel solemne álamo,
De aquel centenario sauce que las cubre con sus lánguidas ramas
Y las deja atrás, lejos de tu memoria…
Vaciando tu mochila…

Y cuando ya no queda más dentro…
Cuando dejas atrás el último cachivache,
Colgado en aquel seco espino.
Respiras hondo el aire a tu alrededor
Y notas que algo cae dentro de tu mochila.
Olor a flores, hierba y sauces: Olor a tranquilidad.
Pero no pesa, solo ocupa espacio en aquella gastada mochila.
Abres los brazos y sientes el viento en toda tu piel,
Millares de sensaciones llenan tu mochila.
Tranquilidad, paz, libertad, cosquilleos.
Cierras los ojos y sientes el calor del sol en tu cara
Y tu boca esboza una sonrisa natural, genuina, tuya.
Si, te dices. Esta es la alegría…
Mi propia forma de ser feliz...

martes, 20 de enero de 2009

Un reloj mágico...




Porque rayos no se puede manejar el tiempo a mi antojo?
Si decimos que es MI tiempo, porque no puedo atrasarlo o adelantarlo segun me plazca?

Mi tiempo deberia afectarme solo a mi y con quienes yo quiera compartirlo,sin perjuicio de los demas....
porque no posee cada uno un reloj magico en el que pueda parar el tiempo?
y moverse entre la gente.....
y disfrutar de la serenidad de estar en el tiempo sin que este corrompa lo que haces.

Hacer eternos los momentos que solo tu conoces
y que lamentaste que acabaran.Retroceder hasta aquel encuentro improvisto
que trajo a tu memoria hermosos recuerdos....
Mirar desde lejos aquel niño jugando con su abuelo....
volver a ver a personas que ya no recordabas... repasar sus ojos, sus miradas...las caricias de sus manos, ya con el tiempo gastadas.


Tantas cosas que hacer con ese tiempo que se nos escurre entre las manos
como gotas de lluvia...en que cada segundo puede ser el comienzo o el fin de algo hermoso o triste.

Y es que hay recuerdos que ocupan mucho de ese tiempo....horas y horas, hasta dias y hasta años....pero que en nuestra frágil memoria solo concurren como vastos segundos de una inusitada alegria y un leve cosquilleo en el estómago.

Y hay recuerdos que solo gastaron segundos, minutos de nuestro tiempo
gestos, miradas, besos, caricias, o solo imagenes que al recordarlas permanecen quietas en mi mente dandome el gusto de traerlas frente a mi
cada vez que quiera y detenerme a contemplarlas como si hubiesen durado años,como si nunca fuesen a acabar...

Son estos los recuerdos que activan mi propio reloj magico...
ese que no conocemos hasta que nos damos cuenta de cuanto podemos prolongar esos recuerdos. De cuanto podemos detener esas sensaciones y hacerlas presente de un pasado latente
que ya creiamos en harapos.

Quizas no me sirva para llegar a tiempo donde quiera,
pero me sirve para rememorar todo aquello que crei perdido por el pasar de ese tiempo y hacerlo presente en este devenir desatento lleno de segundos que quiero atesorar en mi memoria por siempre.

viernes, 9 de enero de 2009

Escritos Esporádicos....


¿Sabias que cuando miras las cosas durante mucho tiempo y reiteradas veces terminan por parecerte cada vez mas extrañas?Cada segundo que pasa parece quitarles lo conocido y agregarle detalles extraordinarios a lo que creías común.Los vidrios de las puertas se vuelven más trasparentes y ya no hay barreras para lo que miras allá afuera. La tienda de recuerdos se vuelve algo interesante de conocer desde afuera. Las letras del afiche tienen un color que me recuerda al vino cuyo olor fascina a mi madre. La gente que se pasea con materiales me recuerda que aún no han terminado de construir el restaurante frente a mis narices. Los tacos de una mujer con zapatos bajos me recuerdan el destino que me espera frente a una oficina y del que él seguro no puede desprenderse ahora para venir a mi encuentro.Pero no importa, ésta espera se ha vuelto uno de esos momentos mágicos en que las palabras vienen a mi como la noche que se aproxima y en el que no debo dejarlas en el aire, perderse entre los recovecos de los espacios perdidos de mi frágil memoria.Y es ahora que recuerdo que no me gusta esperar, esperar en este sillón sin saber si llegara y o siquiera vendrá. Estos son los momentos en que recuerdo porque me gusta llegar atrasada…