martes, 28 de septiembre de 2010

Dulce madrugar.

Hoy despertó con una sonrisa, porque el sonido que acababa de sentir le revelaba que ya estaba pensando en ella.
¡Qué dulce despertar asi! -pensó- mientras revisaba las palabras que hoy él tendria para ella.

... Y otra vez las mariposas, inquilinas, se vieron obligadas a madrugar.